Capítulo 13
Me hice un tatuaje
Me hice un tatuaje
Si no lo escribo en el momento me olvido. Eso me
ha pasado con este tema del tatuaje. Primero no dije nada en casa cuando me lo
hice. Recién al otro día lo fui mostrando de uno en uno a mis hijos. Me lo hice
hace un par de semanas. Para ser exactos fue el sábado, casi domingo, 9 de
junio. Digo casi domingo porque estuve en la sala de espera de “Studio 42” por
casi tres horas. De mas esta decir que me arrepentí un par de veces (cuatro)
mientras espera por mi “tatuador asignado”. A la pregunta si me dolió. La
respuesta es claro que me dolió. Es más estuve a punto de decir basta cuando
terminaron de tatuarme el primer nombre. En ese momento pensaba, -yo no
necesito esto, no es necesario hacerse un tatuaje- Y tengo razón. Necesario
seria una cirugía de riñón pero no un tatuaje. Pero allí estaba. Con dolor y
para qué negarlo con el placer producto de estar haciendo algo nuevo a casi mis
cincuenta años. ¿Pueden imaginarlo? Algo nuevo después de haber vivido casi
medio siglo. Y si a eso le sumamos que lo estaba haciendo solo, casi sin que
nadie lo supiera. Solo un par de cómplices que estuvieron conmigo, en presencia
física Rosario, vía mensaje de texto Paola Vergel. Cuarenta minutos después
minutos más minutos menos, salía de allí con mi tatuaje. Con los nombres de
quienes cambiaron mi vida “para siempre, para lo que fue y será”. Hoy, junio 17
decidí mostrarlo en “mis redes sociales” en festejo del día del padre. Ellos,
los poseedores de esos nombres han contribuido para que hoy este celebrando
este día. Si se preguntan si a este tatuaje le seguirán otros. No lo sé si
otros, uno de seguro si. El nombre de mi nieta Dayana comenzando la lista de
mis nietos del otro costado. Que es así. Que la vida se renueva.
No comments:
Post a Comment