Capítulo 17 Todo revuelto

Capítulo 17
Todo revuelto

Hoy ordené mi cuarto. Hacia como un mes que no lo hacía. Tenía todo revuelto como en mi cabeza. La ilusión de que el lunes comenzaría todo de nuevo me llevo a ordenarlo. Luego pasó lo que pasó, o fue antes, no lo sé muy bien. Aun no me acostumbro después de tantos años. Ya debería estar acostumbrando al no amor. Las noches se están tornando frías cada vez más a medida que el fin del mundo se acerca. Nadie está muy seguro de eso, leí en una nota de Lea Noticias que se había cancelado, que no se terminaría el mundo este diciembre. Todo muy mal, tan mal que Chávez seguirá siendo el presidente de Venezuela por otros seis años más. Un domingo raro. Veremos cómo empieza la semana.

Capítulo 16 Las palabras dichas

Capítulo 16
Las palabras dichas

Que no se qué carajo me pasa. Ando sin ganas, que se yo. En otros años el espíritu de la Navidad ya estaba aquí o al menos el del pavo. Hoy sin ir más lejos me he tenido que levantar más temprano para ir a probar el van para ver si andaba bien para hacer el viaje que hago todos los jueves y resulta que no. Digo que no ha andado y hemos tenido que ir con Cesar otra vez en su camioneta. Ha sido un viaje maravilloso. Hemos hablado de todo. Si yo te contara. ¡Ala! Que he regresado muy tarde y manejando el van que en la mañana no anduvo pidiéndole a Dios que me ayudara a llegar hasta casa. Y ha dado resultado. He llegado casi sin ningún percance. Y digo casi porque doblando en la cuadra de casa se ha vuelto a descomponer pero ya estaba casi allí. Si se preguntan cómo ha sido mi día. Debo confesarles que el día ha estado bueno. Ahora planeo acostarme temprano y tratar de dormir de un tirón hasta mañana. Nada de twitter o facebook. Directo a la cama. Que estoy bien cansa’o. Por dentro y por fuera. También apenado, triste. Y eso pesa mucho. Ojalá las cosas vuelvan a estar como antes. Aunque temo que las palabras dichas quedarán para siempre.

Capítulo 15 Que me devuelva la vida

Capítulo 15 

Que me devuelva la vida

Que han sido dos días, de esos… que ma’re mia. Mejor perde’elo que encontra’arlo’. El martes sin pena ni glorias, a decir verdad más penas que glorias y el miércole’ casi calcaa’o.  En primera instancia ya sé que me había comprometido escribir todos los días. Como estaré que no me acuerdo el motivo por el cual no lo hice ayer. Creo que preso una “depre” un poco selectiva me quedé dormido muy temprano. Igual y en concordancia con el anterior “post”, me está costando un “Perú” expresar mis ideas en forma escrita. Necesito encontrar un empleo urgente que me devuelva a la vida porque de no encontrarla la otra opción que se me ocurre no me gusta mucho. Es que estos días han sido de andar mascando y mascando pensamientos dolorosos y no quiero precipitarme en mis decisiones. Los que me conocen (incluso mejor que yo) saben que “El Padrino” es una de mis historias favoritas, entre otras cosas, porque hablan y dicen mucho de lo mejor y lo peor de la naturaleza del ser humano. Pues como muestra un botón. Que no hace falta decir más, al menos de momento. Cuando la sangre caliente me deje ver más a allá, intentaré hacer una reflexión más extendida de todo lo que estoy viendo en los últimos meses.

Capítulo 14 El regreso

Capítulo 14
El regreso

Es tarde y no me dan muchas ganas de escribir. Y no es porque no haya pasado nada. Que va, todo lo contrario. Ha pasado de todo desde la última vez que publiqué un comentario en el blog. Lo cierto es que me he propuesto escribir ahora si a diario desde este primero de octubre y hasta que el fin del mundo llegue. No será muy difícil. Así que lo dicho. Ha hacerlo. Que he regresado.

Capítulo 13 Me hice un tatuaje

Capítulo 13
Me hice un tatuaje

Si no lo escribo en el momento me olvido. Eso me ha pasado con este tema del tatuaje. Primero no dije nada en casa cuando me lo hice. Recién al otro día lo fui mostrando de uno en uno a mis hijos. Me lo hice hace un par de semanas. Para ser exactos fue el sábado, casi domingo, 9 de junio. Digo casi domingo porque estuve en la sala de espera de “Studio 42” por casi tres horas. De mas esta decir que me arrepentí un par de veces (cuatro) mientras espera por mi “tatuador asignado”. A la pregunta si me dolió. La respuesta es claro que me dolió. Es más estuve a punto de decir basta cuando terminaron de tatuarme el primer nombre. En ese momento pensaba, -yo no necesito esto, no es necesario hacerse un tatuaje- Y tengo razón. Necesario seria una cirugía de riñón pero no un tatuaje. Pero allí estaba. Con dolor y para qué negarlo con el placer producto de estar haciendo algo nuevo a casi mis cincuenta años. ¿Pueden imaginarlo? Algo nuevo después de haber vivido casi medio siglo. Y si a eso le sumamos que lo estaba haciendo solo, casi sin que nadie lo supiera. Solo un par de cómplices que estuvieron conmigo, en presencia física Rosario, vía mensaje de texto Paola Vergel. Cuarenta minutos después minutos más minutos menos, salía de allí con mi tatuaje. Con los nombres de quienes cambiaron mi vida “para siempre, para lo que fue y será”. Hoy, junio 17 decidí mostrarlo en “mis redes sociales” en festejo del día del padre. Ellos, los poseedores de esos nombres han contribuido para que hoy este celebrando este día. Si se preguntan si a este tatuaje le seguirán otros. No lo sé si otros, uno de seguro si. El nombre de mi nieta Dayana comenzando la lista de mis nietos del otro costado. Que es así. Que la vida se renueva.