Capítulo 15
Que me devuelva la vida
Que han sido dos días, de esos… que ma’re mia.
Mejor perde’elo que encontra’arlo’. El martes sin pena ni glorias, a decir
verdad más penas que glorias y el miércole’ casi calcaa’o. En primera instancia ya sé que me había
comprometido escribir todos los días. Como estaré que no me acuerdo el motivo
por el cual no lo hice ayer. Creo que preso una “depre” un poco selectiva me
quedé dormido muy temprano. Igual y en concordancia con el anterior “post”, me
está costando un “Perú” expresar mis ideas en forma escrita. Necesito encontrar
un empleo urgente que me devuelva a la vida porque de no encontrarla la otra
opción que se me ocurre no me gusta mucho. Es que estos días han sido de andar
mascando y mascando pensamientos dolorosos y no quiero precipitarme en mis decisiones.
Los que me conocen (incluso mejor que yo) saben que “El Padrino” es una de mis
historias favoritas, entre otras cosas, porque hablan y dicen mucho de lo mejor
y lo peor de la naturaleza del ser humano. Pues como muestra un botón. Que no
hace falta decir más, al menos de momento. Cuando la sangre caliente me deje
ver más a allá, intentaré hacer una reflexión más extendida de todo lo que
estoy viendo en los últimos meses.
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